Abstract
Panamá ocupa la posición 101 entre 180 economías en el Índice de Percepción de la Corrupción, mostrando una pérdida de 8 escaños al compararlo con el año anterior. Ante esta situación, la oportunidad de mejorar la integridad de las políticas pública cobra mayor relevancia, donde la voluntad firme y constante del Estado junto al apoyo de la ciudadanía en general, puede generar cambios significativos y duraderos que permitan mejorar la lucha contra este flagelo.